Nuevo trabajo de la mujer del cornudo

Después de años en paro, y tras sopesarlo mucho, mi mujer decidió responder a una oferta de trabajo. El anuncio había sido publicado en algunas de las páginas porno que mi mujer veía cuando quería hacerse una paja y yo, por mis turnos, no podía satisfacer. En el anuncio aclaraba que no se trataba de un casting, ni de hacer de actriz, ni de realizar ninguna escena de sexo.

 La citaron en un chalet a las afueras, y cuando llegó, todo estaba preparado para la grabación de una escena de sexo, los actores en sus camerinos, la iluminación ajustándose, los cámaras en su sitio y el director dando sus últimas instrucciones. Se presentó a la ayudante de producción. Ésta le fue presentando a todo el equipo, dejando en último lugar a la productora, una atractiva mujer de unos 45 años que vestía un traje de ejecutiva que hacía que se marcaran sus voluptuosas formas. Se presentó como Silvia.

 Cumplido el protocolo, mi mujer preguntó cuál iba a ser su cometido, ¿llevar los cafés, secretaria personal de la productora quizás?. La ayudante de producción le explicó que su trabajo iba a consistir en mantener la erección del actor a lo largo de los descansos, cambios de posturas, iluminación y demás interrupciones que el rodaje sufriera. Mi mujer se sorprendió y se indignó tanto que a punto estuvo de abandonar el rodaje, pero el dinero y una cierta excitación le hicieron pensárselo. Preguntó a la ayudante que cómo y cuando debía hacerlo, a lo que ésta le contestó: “Eres mujer, ya sabrás cómo mantener a un hombre empalmado, ¿no? Utiliza tus armas”.

 El rodaje comenzó, se trataba de una escena en la que una mujer madura le hacía una entrevista de trabajo a un hombre de unos 40 años y al que, después de comprobar su formación y dotación, acababa follándose encima de la mesa, en el sofá y de todas formas imaginables. El guión seguía el orden previsto, después de una larga mamada empezaron a follar, ella con las piernas bien abiertas encima de la mesa y él bombeando con potencia.

 Por toda la habitación se escuchaba el sonido de la polla entrando en aquel coño completamente húmedo. A mi mujer le estaba empezando a excitar la escena y notaba cómo sus pezones empezaban a ponerse erectos y duros. A punto estuvo de empezar a tocarse en ese mismo momento cuando el grito de “Corten” del director la sacó del trance. Los actores volvieron a sus puestos y el director empezó a dar nuevas órdenes y a colocar las luces, esta vez apuntando al sofá.

 Mi mujer estaba de pie al lado del actor que tomaba un bote de bebida energética, no podía quitar la mirada de aquella polla, poderosa, enorme, empalmada y totalmente embadurnada de los flujos de la actriz. Silvia, que estaba presenciando la escena, se acercó a ella y le susurró al oído: “¿A qué esperas? Aprovecha, no seas tonta, si lo estás deseando y encima te van a pagar por ello, ¿crees que no noto cómo tienes los pezones?”. Y dándole una palmadita en el culo se marchó a su despacho.

 Mi mujer se armó de valor y fue acercando su mano lentamente a la enorme polla que empezaba a dar muestras de decaer, la agarró con una mano, notando su dureza, sus venas, la mano se le empapó de flujos, apenas podía cerrarla alrededor de ella, tal era el grosor del miembro. Poco a poco empezó a menearla, despacio. Con la primera bajada notó cómo la polla se empezaba a endurecer, bajó al pellejo hasta el final y vio aparecer el amoratado capullo, húmedo, brillante, imponente, y así siguió, lentamente, notando cómo la polla iba reaccionando y se iba poniendo más y más dura. Notó cómo en la punta empezaba a asomar una gota de líquido se

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